lunes, 6 de julio de 2009

Capítulo Dos El Inicio

Erase una vez……. vamos a dejarnos de tonterías después de enterarnos que Adán es responsable de todos nuestros pecados, no podemos pensar que esto será una historia de cuentos infantiles. Desafortunadamente no nacemos predispuestos para estar en la calle, así que algún motivo, razón o eventos nos obliga a ese destino. Y de alguna forma todos nos convertimos en callejeros. No se siempre me gusto sentirme libre, sin ataduras, sin límites en la vida. Quizás, no siempre escuchar algunos versos sueltos de eso personajes que caminando recordando lo aprendido en el pasado. Y se oye voces lejanas:
“¡Adiós para siempre mis dulzuras todas! ¡Adiós mi alegría llena de bondad! ¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas, las cosas celestes que no vuelven más! ...”

De pronto un grito retumba como un trueno en día claro “Carajo no puedo más”. Se levanta de la cama, corre el baño, se enjuaga la boca, recoge el cepillo de dientes, la pasta bucal y la pasta de jabón. Entra al dormitorio busca ponerse su jeans favoritos, una camiseta marrón sucio y zapatillas cómodas. En una mochila azul acomoda otros jeans, otra camiseta, lo que había tomado del baño y intenta ponerla a su espalda. Al voltearse observa la ducha y se dice “porque no, será la última vez “
Se quita la ropa, mueve las manijas del agua caliente y de cabeza primero deja correr las gotas. Ya con todo el cuerpo dentro, se recuesta contra la pared y el vapor ahoga el llanto. Cerrando los ojos, los recuerdos lo abruman, siente ese primer día cuando el amor lo era todo. Dios, déjame abrir los ojos nuevamente (así decía su pensamiento)... cascadas de imágenes llegaban, súbito abre los ojos y ve como el agua se desbordaba. Sin pensarlo, salta de la ducha coge la ropa húmeda, se viste con ella y aprieta la mochila. Como quien ve un fantasma corre por el pasillo, abre la puerta y se lanza a la calle. Y no mirare hacia atrás, así se inicia las crónicas del vagabundo.

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