lunes, 6 de julio de 2009

Capitulo seis El camino las cosas se ven según el color del cristal con que se miran

En el lento paso del tiempo son las pequeñas cosas las que finalmente se hacen importantes. Los espacios donde nos ubicamos y las palabras que se escuchan. Fue una de esas palabras que aceleraron los latidos de corazón, abrigando nueva esperanza “lo importante, amigo, es llegar a la cima- decía aquel que bajaba –“Por el hecho del mundo ser redondo, siempre que iniciemos un viaje para darle vuelta, terminaremos pasando sobre nuestras huellas y mirando hacia otro mundo para seguir dándole la vuelta. Eso hace que las cimas de las colinas se transformen, para cualquier caminante, en final e inicio de jornada.
Y la pregunta que uno se hace en el camino ¿qué es lo importante de llegar a ella?, si total son las cosas que hacen los humanos para llegar a esa cima la que determina tu destino. Tal cual como todo en nuestra vida, cada punto de supuesto cierre es punto de supuesto inicio; el continuo de las cosas nos atrapa. Tras cada cima veremos una nueva cima. Tras cada dolor esperemos otro dolor, tras cada amanecer, esperemos maravillados el próximo, tras cada fase de la luna, esperemos el próximo ciclo, por eso no vale la pena el vivir en el pesimismo. Todas las cimas se parecen pero son iguales a los ríos, nunca pasaras dos veces por el mismo río, nunca pasaras dos veces por la misma cima… porque ella habrá cambiado, porque tú no serás la misma persona.
Tratando de recordar ese recorrido subiendo la cuesta todavía los ecos de las voces pasadas repican;
“Tus pasos ya no vienen...
dejaron su tristeza entre mis sueños,
quisieron olvidar el dolor y las distancias,
reposan hoy y niegan su impotencia.
Te vas... tan poco a poco,
sin recordar mi rostro y mi sonrisa”

Aquí el vagabundo se reclama lo importante de llegar a la cima. Quizás el secreto de cómo olvidarla, si es posible que eso ocurra, está precisamente en llegar allá arriba. Para algunos esencial es obtener el poder o el control de las cosas. Para este vagabundo es solo el olvido. Y aun me pregunto ¿intentando llegar, se crearan otros recuerdos? Cimas, ascensos y descensos no son exclusivos de las montañas, la vida practica que no es otra cosa que un continuo deambular entre el nacer y morir. Los trayectos llanos, de travesía, o de abruptos cortes con grandes cimas y simas; lo cierto y definitivamente poco novedoso es que las cimas de nuestra vida son una creación nuestra, por exceso o por defecto.

Y se oye nuevamente el canto de las dulces voces que un día en armonía decían;
“¿Como buscarte en un espacio que no escucha?,
¿como reír en un atardecer sin vino tinto...?
busco los sauces en los patios de noviembre,
me unto de espera, de amor y de poesía.
Así, mientras espero...
Dejo correr las horas frescas de un desvelo,
la inmensidad de este cielo sin tu aroma,
me dejo oír la música que no siento en mis latidos”

Se corta la respiración eso significa que la cima esta cerca, en esos momentos, olvidamos o pasamos por alto que los últimos metros de todo ascenso son siempre los más difíciles. No creo que la vida nos haya preparado para el ascenso. Pero se va aprendiendo, esta intensidad solo obliga a llegar a ella, lo demás dependerá de lo que se encuentre. Paso a pasito se ve llegando. Al llegar se observa el mar y cielo en una magnifica gama de colores en un espacio intermedio que se beneficia de la caída del sol .La paleta de colores tomó como referencia el blanco aunque se le dio oportunidad a los tonos beige, ocres y se aventuró con un poco de rojo. De los ojos brotaba una lagrima, mientras observaba tan maravillo milagro “nunca tuve la oportunidad de un atardecer con ella” En ese segundo su alma entristeció. De repente esas voces murmuran
Qué hermoso atardecer
Contemplo la luna solitaria
Difiere de mí ser
Y la nostalgia de mi alma
Siente brisa la tristeza
De este atribulado corazón
Que olvidar no puede mi alma
Sufro mucho por su amor
El viento se azota fuertemente
En las faldas de la montaña
Parece que me comprende
Y en mi dolor me acompaña
Mi respirar toma un camino lejos
Y llega hasta donde tú estás,
Queriendo sentir tus besos
Escuchar tu dulce hablar
Cae una fina lluvia, que lacera
Que lastima y moja mi rostro
El cielo llora conmigo
Mi tristeza y tu abandono

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